El Ríu Casañu labra a la altura del Puente Pompedru unos bonitos estrechos muy bien configurados, seguidos de un entretenido caos de bloques con pasos prácticamente subterráneos. Un cañoncito corto y fácil: lúdico, acuático y disfrutón. Un clásico a pesar de su brevedad; muy empleado por las empresas. Sólo para el verano, dado el caudal. A programar. Cuenta también con un tramo inferior, de menor interés y poco visitado.
[Publicado el 25/11/2015. Editado el 07/07/2016 con el añadido de fotos del tramo inferior y la retirada de algunas otras.]
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